Sobre el Tercer episodio
Roma, 27 de septiembre del 2022.
Espero que hayáis estado bien.
Si oísteis que éste ha sido un verano de fuego en Europa, habéis oído algo muy cierto. El calar de las altas temperaturas, los últimos días, me han aliviado un poco la vida: el otoño se avecina ya y también el inicio del trajín. Las vacaciones, que no fueron tales, al menos para mí, han terminado.
Hace pocos días leí una reflexión de Edward Norton sobre el oficio del actor, que me gustó mucho. Decía que un pintor, un escultor, un fotógrafo, pueden incluso no vender nada de lo que producen, pero nadie puede impedirles continuar el ejercicio de sus creaciones artísticas; no funciona del mismo modo para el actor, quien depende de un productor, de un casting, de la competencia con otros actores, para poder ejercer su oficio.
Pintar es un placer en sí mismo, al menos para mí; vendiendo o no mi arte, yo me doy por pagado cuando termino un cuadro. La sensación es parecida a la que siente un atleta que ha escalado una montaña y mira, desde el pico, el paisaje en lontananza. ¡Hay algunos que incluso gritan de placer! Cuando termino un cuadro me quito un peso de encima; puedo ir a tomarme una cerveza, felizmente.
Con la radioficción es distinto. La Nocturna Deidad ha sido un trabajo que me ha acompañado por muchos años, no le he puesto nunca el punto final, porque he querido corregirla hasta el infinito, cosa que sigo haciendo. Mis ocupaciones me alejan del poder dedicarme al 100% a la producción de episodios, me parece ya habéroslo dicho.
Estos días he estado releyendo el texto que constituirá el tercer episodio, que es inmenso. Generar un episodio de 34 páginas, que son exactamente 15.779 palabras, me será, claro, muy difícil. Creo que el episodio podría llegar a durar tres horas, teniendo en consideración que los dos episodios que hasta ahora he publicado, me parece que están constituidos por ocho páginas cada uno. Podéis creerlo o no, pero el primer capítulo de La Nocturna Deidad tiene 74 páginas (27.465 palabras) en A4, así que en A5 (formato libro), puede llegar a tener el doble. Este capítulo está legado a otro donde aparece la escena que dibujé para la portada del libro y que representa al vlado levitando sobre un árbol partido a la mitad; en otro tiempo, ambos capítulos estaban unidos, sin embargo, su misma longitud me obligó a hacer esa pausa, que fue la división o separación del texto en dos partes. He pensado en unir nuevamente ambos capítulos y hacer un libro independiente, para comenzar con las publicaciones en papel. Si Dios me da tiempo y vida, podré reunir todo en un libro único, en un volumen completo, apenas lo vaya terminando, lo mismo haré con los episodios.
Regresando al tema, pienso que para grabar tres horas de audio, necesitaré, al menos, cinco o seis de trabajo; hallarse en completo silencio en el apartamento donde vivo, durante todo ese tiempo, será casi imposible.
Imaginemos que lo he terminado, ¿y luego? Luego, quisiera cargar todo en Youtube y, después, como dijo Norton, se venda o no se venda, guste o no, yo seguiré adelante, porque soy, en el fondo, un pintor que escribe y los pintores no se preocupan por estas cosas.
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